3/11/2022
Los juegos de azar pueden ser muy variados, desde apostar en carreras hasta jugar a la Lotería Nacional. Si bien el juego puede resultar entretenido, hay algunas desventajas obvias (y menos obvias). Podrías endeudarte, poniendo en peligro tus posibilidades de pedir dinero prestado en el futuro e incluso perjudicar tu salud mental y tus relaciones personales.
Las estimaciones de cuántas personas se ven afectadas por la adicción al juego indican que entre un 0,7 % y un 2,4 % de la población padecen esta adicción. Los juegos de azar, como las drogas o el alcohol, pueden estimular el sistema de recompensas del cerebro, lo que lleva a la adicción. Las personas que son adictas al juego frecuentemente continúan apostando a pesar de experimentar consecuencias negativas tanto financieras como profesionales y personales.
Entre algunos signos comunes de adicción al juego se incluyen:
Hacer apuestas más grandes y arriesgadas
Un jugador ocasional puede gastar parte de sus ingresos disponibles en actividades de juego. Cuando sus pérdidas superan lo que está dispuesto a gastar, se detiene. La adicción al juego frecuentemente se caracteriza por la incapacidad de controlar o detener el juego, incluso tras perder más de lo que normalmente puede permitirse para recuperarse de las pérdidas.
Sentirse culpable después de apostar
Más allá de los sentimientos iniciales de tristeza por perder, cuando alguien tiene un problema de adicción al juego, puede sentirse deprimido y tal vez experimentar sentimientos de vergüenza y culpa.
Usar el juego para distraerse de otros problemas
Al igual que otras formas de adicción, el juego compulsivo a veces se emplea como un mecanismo de afrontamiento para enmascarar las emociones negativas y distraer y escapar de los estresores y problemas de la vida. Incluso si alguien emplea el juego para evitar lidiar con sentimientos negativos, los efectos adversos del juego incluyen efectos secundarios emocionales.
Ocultar hábitos de juego
Mentir para ocultar una adicción y su comportamiento relacionado es un síntoma principal del abuso de sustancias y sucede lo mismo con la adicción al juego. La obsesión y la compulsión de apostar pueden ser tan fuertes que la persona hará todo lo posible para hacer la siguiente apuesta, y esto generalmente incluye mentir para encubrir dónde están, qué están haciendo y qué sucedió con su dinero.
Aislamiento social
La adicción al juego frecuentemente toma una gran cantidad de tiempo, lo que hace perder eventos y otras obligaciones importantes. Jugar a juegos de azar mientras estás en el trabajo o cuando deberías estar durmiendo o pasando tiempo con tu familia también son signos de adicción.
Sentir fuertes impulsos de apostar
La adicción hace que las personas reflexionen sobre sus experiencias de juego anteriores y que casi solo piensen en la próxima vez en que van a apostar. Incluso cuando deben concentrarse en las actividades de la vida cotidiana, les puede ser difícil pensar en otra cosa.
